«Acá se admira todo mejorado»: lisonja, identidad y corrupción en Arequipa (siglo XVIII)
Resumen
A mediados del siglo XVIII, la inauguración del monasterio de santa Rosa es ocasión propicia para que en Arequipa se produzca un buen número de composiciones poéticas que exaltan las virtudes de la ciudad, a la vez que esconden los oscuros manejos del poder que trama con especial cinismo el alcalde de la ciudad. Los viajeros dan noticias que reflejan el complejo escenario: la ciudad moderna y ordenada que Jorge Juan y Ulloa creen encontrar a inicios de la década de 1740 es la misma donde reina todavía la impunidad ante los graves crímenes del alcalde Jiménez Lancho, en una dimensión para nada diferente a los graves abusos y corrupción que ambos viajeros observaron en distintos puntos del reino. Ambos aspectos eran, como sabemos, reales: por un lado, la ciudad pujante y nueva y, por otro, la extensión de los abusos.