Los defensores de la humanidad
Palabras clave:
Humanidad, HombreResumen
Un extraterrestre que llevara los últimos decenios observándonos desde otra galaxia podría tener la sensación de estar presenciando una carrera en la que la técnica ejerce más y más atributos de carácter divino (o considerados hasta ahora como propios de Dios), como seleccionar el sexo o el color de ojos de los hijos, dotar a las personas de más memoria, hacerlas guapas o feas (lo segundo es menos probable), decidir qué vida es digna de ser vivida, y otros más, sin excluir la pretensión de ser inmortales.
Pero el problema –resumidamente– es que, acabe esa carrera donde acabe, al final no va a ser fácil, por no decir imposible, privar a Dios de ninguno de sus atributos, mientras que es fácil que, de rebote, al intentar todo eso, se dañe al hombre –sobre todo al hombre común–, y quizá lo estemos haciendo ya. Uno se pregunta, entonces, quién defiende realmente lo humano.